A Aventura da Estudiantina de Santander de 1884

Mais uma foto com história: A Estudiantina de Santander, no ano de 1884. Repare-se na presença nesta foto de pelo menos duas crianças.















Sobre a instância de crianças nas Estudantinas escreveu Rafael Ascencio "Chencho":

NIÑOS EN LAS TUNAS Y ESTUDIANTINAS. LA MASCOTA

La presencia de niños acompañantes en las primeras Estudiantinas hispanas se remonta a la segunda mitad del siglo XIX, haciéndose habitual tanto en agrupaciones universitarias como en las desprovistas de tal carácter .

Cierto es igualmente que, si bien con su incorporación se buscaba un elemento cromático y de adorno a más de una cierta complicidad con el público por la simpatía que en el mismo despertaban, los infantes no adoptaron un papel único en su aportación individual a la formación.

Así, junto a los meramente figurantes, existen antecedentes de niños ejecutantes, directores o cantantes a los que se da un acusado protagonismo, valgan como ejemplo de lo anterior los siguientes:

1. La Estudiantina Cordobesa del año 1895 contaba entre sus miembros con el niño Manuel García, panderetólogo. Ese año la Estudiantina dio serenata a Su Excelencia Sidi Brisha, embajador del sultanato de Marruecos, en su lujoso alojamiento del Hotel Suizo, siendo que "al embajador llamó la atención el niño García, que tocaba admirablemente la pandera, y después de colmarle de besos y caricias, recordando a sus nietos, según manifestó, le regaló 20 pesetas en plata” (Diario de Córdoba 05-03-1895)

2. La Estudiantina Filarmónica Rubio, de la capital de la Mezquita, era acompañada en el año 1924 por el niño de cinco años Rafaelito González López , hijo del director de la agrupación, que dirigía la interpretación de algunas composiciones como un verdadero maestro (Diario Córdoba 09-03-1924).

3. La Tuna de Granada, formada en 1922 por cincuenta alumnos de las diversas Facultades de la Universidad de Granada, que constaba “sólo de sección instrumental”, venía acompañada a su llegada a Córdoba por el niño Alfonso Calero, de trece años, que en la audiencia en las Casas Consistoriales “cantó con mucho gusto varias coplas de jota, entre ellas la siguiente: La estudiantina saluda – a la ciudad cordobesa – y de su hospitalidad – agradece la firmeza” (Diario Córdoba 23-02-1922); posteriormente, en el concierto que la Tuna dio en el Teatro Circo interpretó otras muchas piezas de jota en solitario pues, como queda dicho, era el único cantante del grupo. Tras la guerra civil nuevamente volvió a ser utilizada la figura del niño mascota como uno más de los ingredientes propios de este tipo de agrupaciones, si bien su presencia se redujo considerablemente en comparación a la anterior etapa histórica, razón esta última perfectamente lógica y consecuente con la paralela reducción de formaciones que pasaron a ser ahora casi exclusivamente universitarias. La Tuna Universitaria del SEU de Córdoba contó desde su refundación en el año 1951 hasta su desaparición en 1970 con al menos tres mascotas:

1. En 1951 acaparaba asombro como mascota de la agrupación estudiantil por su virtuosismo a la bandurria el niño de doce años y alumno del Conservatorio Rafael Lara Jiménez. Con los años Rafael Lara alcanzaría la jefatura de la Tuna, siendo hoy por todos considerado como otro de los mejores tunos cordobeses y grandísimo compositor de canciones de Tuna, no en vano nacieron de su próspero ingenio las conocidísimas “Estudiantina Andaluza”, “Estudiantina en tu Reja”, “El Borrachito”, “Muchacha” y “Tuna en París” .

2. Desde 1957, ocupó el puesto de mascota el niño de 10 años Serafín Pérez, quien al igual que su antecesor tocaba maravillosamente la bandurria.

3. Finalmente, en 1960, el puesto de mascota correspondía al niño Adolfín que aparece en la foto adjunta entregando un ramo de flores a la esposa del Alcalde, doña María de la Cruz Molina Pineda de la Infantas, en el acto de su nombramiento como Madrina de honor de la Tuna Universitaria en día nueve de noviembre de 1962 celebrado en el despacho de la alcaldía, quien “hizo entrega [a la agrupación] de una magnífica bandera, bordada por ambos lados, con los escudos de Córdoba y del SEU, respectivamente” (Diario Córdoba 10-11-1962).

En la actualidad esta tradición ha desaparecido completamente, y de la misma sólo queda el recuerdo que de cuando en vez aflora en los casos en que un padre tuno viste a su hijo con los hábitos del mester, normalmente con ocasión de algún Certamen de Tunas que se celebra en la ciudad, en lo que no deja de ser íntimo deseo expresado por el orgulloso progenitor orientado a la adquisición de la condición de tuno por su vástago, en un legado de tradición y amor al altísimo mester de tunería.

Comentários

AFCunha disse…
Vê lá se isto tem interesse para os teus registos...
Abraço
André Cunha